
PORQUE UN BUEN CONSEJO NUNCA SOBRA
Como siempre digo cuando escribo en este espacio, cada persona es libre de tratar y tener a su perro como mejor le de la gana, la intención de Perro Urbano Santa Fe nunca será decirle a las personas que deben hacer con sus mascotas, sin embargo dando lugar al respeto que tengo por estos maravillosos seres es que propongo 10 simples cosas que puedes hacer por tu perro.
1.- Lleva al corriente su programa de vacunas, y visitas con el veterinario.
2.- Tu perro ama ser perro, déjalo ser perro; los perros necesitan correr, explorar, olfatear, ensuciarse, rascar, ladrar, y sobre todo, NECESITAN SOCIALIZAR con otros perros, no intentes humanizarlo, no es justo para tu perro.

3.- Los perros no necesitan "gadgets", los humanos si, porque así nos sentimos cómodos para pertenecer a un grupo social o para poder presumir, los perros no saben de modas ni clasificaciones, así que por más caro que sea el abrigo o el collar que le compres, lo que realmente necesita es que le dediques tiempo y le demuestres tu afecto teniendo contacto con el y no con objetos.
4.- Si tienes un perro, de super raza, con tatuaje, chip, papeles de registro, es campeón en concursos de belleza y tiene poderes sobrenaturales, no cambia nada, sigue siendo un perro que necesita cariño y tiempo de convivencia con otros perros; un error común que cometen dueños de perros "finísimos" es que son perros que nunca socializan y son problemáticos porque no los dejan ser perros.
5.- Si adoptaste a tu perro no lo compadezcas tratándolo con miedo o queriendo protegerlo de toda la maldad del mundo, mejor déjalo ser feliz siendo perro. no descargues tus miedos ni traumas en tu perro, créeme, los perros sobreviven y se adaptan mucho más que los humanos.
6.- NO lo engordes, no es pavo de navidad, haz ejercicio con el y procura que esté en movimiento, si tu no estás en la onda "fitnes cool", no te preocupes, hay muchos campamentos y guarderías caninas que pueden ayudarle a mantenerse activo haciendo ejercicio.
7.- No tengas a tu perro en la azotea, se supone que es parte de tu familia, ¿no?
8.- Trátalo con respeto, no le pintes las uñas, no le pintes el pelo, no lo perfumes, no lo disfraces; los perros no usan ropa.
9.- No conviertas a tu perro en un objeto de miedo, o en el terror de la calle, tus vecinos te odiaran y tu quedarás mal. Lo mejor es que tu perro sea conocido como un perro amigable, y sociable. Hasta te ayudará a "ligar", créelo!
10.- NO lo lleves todo el tiempo a parques públicos, Ahora están muy de moda los parques públicos ¿tienes idea de cuantos perros que no están vacunados orinan y defecan en estos lugares durante el día?, en estos parques "Pet Friendly" también hay ratas y a través de la orina y las heces pueden transmitir enfermedades graves a tu perro.

Este es un hecho innegable; ya es parte de nuestro día a día encontrarnos con un paseador de perros, y en algún momento de la mañana encontrarlo sentado en una banca de parque con varios perros amarrados a la banca. ¿Es suficiente para tu perro solo salir a caminar?, hechos bola, lo dudo mucho. Varios dueños nos han compartido sus testimonios, y nos dicen que cuando su perro se iba con el paseador, seguía con toda la energía a tope; algunos perros continuaban ansiosos, ladrando todo el día, mordiendo los muebles y hasta orinando por toda la casa. Todos estos dueños creían que el problema era su perro y no es así, ¡los perros no tienen problemas!, solo necesitan gastar energía, necesitan encontrar motivación en lo que hacen, necesitan convivir con los de su especie y al mismo tiempo competir, correr, jugar, hasta ensuciarse aveces y por supuesto, lo que más quieren los dueños es que su perro regrese cansado, casi casi que llegue a dormir.
Otro aspecto que voy a tocar y me parece lamentable, es el de la seguridad de los perros, y digo lamentable, porque se han dado muchos casos (en la zona en la que trabajamos) donde los paseadores ¡se desaparecen con los perros!, así de simple, no vuelven a ver jamás al paseador, y no saben que pasó con su mascota, el paseador es lo de menos, pero que se hayan robado un perro es cosa seria. Algunos paseadores hasta cargan gafetes que los identifican, ¿los identifica de que?, ¿pertenecen a asociaciones paseadoras de perros? o ¿sindicato de paseadores? ¿si algo le ocurre al perro quien responde? En estos tiempos el tener el numero celular del paseador ya no es garantía de seguridad, muchos dueños ni siquiera saben donde vive el paseador o la experiencia que tiene con perros. En este punto es cuando debemos valorar el costo beneficio de una guardería canina, pareciera que pasear un perro no requiere mayor responsabilidad, y no es así; Cuidar un solo perro exige muchísima responsabilidad.
Quiero aclarar, que mi intención jamás será opinar de forma negativa acerca de los paseadores y estamos seguros que hay muchos que desempeñan dignamente su labor, y claro, es decisión de cada persona lo que crea conveniente para sus mascotas, y si tocamos este tema es porque muchas personas que han llegado buscando nuestros servicios nos han compartido sus experiencias con paseadores.
Te juramos por nuestras Santas Madres que el campamento canino será toda una aventura para tu mascota, y verás grandes cambios positivos en su comportamiento dentro y fuera de casa.
Hablar de este tema es muy delicado porque podríamos tocar fibras sensibles, también es incómodo porque se trata de ética, de principios, incluso podría caer en temas legales, pero como bien nos conocen, en Perro Urbano Santa Fe somos un “poquito” sarcásticos y cínicos y cuando se trata de hablar con la neta nos pintamos sólitos. El tema que abordaré es esa triste realidad cuando por no cuestionar y creer que la palabra del veterinario es la palabra de Dios en la tierra, terminamos pagando las perlas de la virgen para curar de un malestar menor a nuestro perro (o cualquier mascota).
Así como depositamos nuestra confianza para que un contador lleve nuestras finanzas, un abogado nuestros asuntos legales, un médico nuestra salud, Doña Mary la limpieza de nuestra casa (esta no aplica porque nunca se cuestionará), de igual manera confiamos ciegamente en el diagnóstico del veterinario cuando revisa a nuestro perro; pero ya me estoy adelantando y lo mejor es comenzar desde el principio. Ahí les va.

A finales del 2009 rescaté a una perrita, la cual bauticé con el nombre de “Coco”, porque la pobre estaba tan fea que daba miedo; inmediatamente la lleve al veterinario para vacunar y desparasitar, desde el primer momento Coco mostró tener un problema estomacal porque traía una diarrea marca “quítate o no respondo” el veterinario le suministró algunos medicamentos a fin de solucionar este problema de diarrea, pasó un mes y Coco no mejoraba, así que fui a la clínica nuevamente y me encontré con un nuevo veterinario (el anterior ya no trabaja en esa clínica), acto seguido, este nuevo veterinario hizo una nueva revisión a Coco y la diagnosticó con coronavirus, por supuesto que yo no tenía ni la menor idea de que era esa cosa y tampoco lo cuestioné, me hizo saber que la vida de Coco estaba en riesgo y que de forma inmediata debía llevar acabo el tratamiento correspondiente y de no hacerlo le quedaban aproximadamente dos, máximo tres semanas de vida; me explicó que se trataba de un procedimiento muy agresivo e invasivo, constaba de medicamentos ingeridos y de lavados de estómago e intestino, lo cual obligaba a dejar a Coco 7 días en observación (esta es la palabra favorita de varios veterinarios), la asistente se encargó de darme el presupuesto y la suma dio $27,800 (medicamentos, intervención, y días de hospitalización), tomé a mi perra y salí de la clínica totalmente afligido, por un lado la situación de Coco no pintaba bien y por el otro lado, tampoco el costo para cubrir este tratamiento era accesible para mí en ese momento (a veces no se tiene $$).
Al llegar a casa y echando la culpa de lado, traté de ser lo más objetivo posible, así que descaradamente tomé la decisión de no mandar a Coco a tratamiento, porque no quería causarle sufrimiento a mi perra y trataría de darle la mayor calidad de vida posible en casa; mientras, me tomé a la tarea de averiguar en Internet y haciendo algunas llamadas telefónicas a diferentes clínicas veterinarias indagando acerca del padecimiento de coronavirus; y me topé con que el “diagnostico” que me dio el veterinario era totalmente alejado de la realidad, ni los síntomas de Coco, ni el tratamiento que me habían sugerido estaban ligados a este mal, todas las opiniones coincidían en que la diarrea en un perro, no necesariamente se trata de una enfermedad grave o padecimiento mortal (para eso son los estudios), hay muchísimas razones por las que un perro puede presentar cuadros de diarrea; durante este tiempo me encargué de cambiarle el alimento, de administrarle algunos medicamentos básicos y sueros para aminorar la diarrea; en el intento de que llevara una vida normal la sacaba a correr y que de forma regular jugara con su pelota favorita.
Pues bien, ya han pasado más de 10 años desde aquel mentado diagnóstico y la cabrona de Coco sigue conmigo vivita y coleando! echando su desmadre habitual, nunca padeció coronavirus (ya sé lo que es coronavirus), jamás ha vuelto a pisar un consultorio veterinario salvo para sus vacunas y revisión habitual. Al ser un animal que había vivido en la calle, estaba acostumbrada a comer cualquier cosa, cuando la rescaté le di croquetas que por supuesto nunca antes las había comido, el cambio alimenticio fue la causa de una diarrea tremenda y que duró mucho tiempo hasta que su estómago se acostumbró.
Ahora que afortunadamente nuestra vida gira en torno a los perros y que este trabajo nos ha brindado la bendita oportunidad de conocer muchísimos, es común que nuestros clientes nos platiquen sus experiencias o bien, nos consulten que hacer cuando sus perros presentan algún padecimiento. A partir de lo que me sucedió he tomado muy en serio mi derecho a cuestionar cualquier diagnóstico veterinario, investigar por mi parte y pedir no una segunda, sino hasta cinco o seis opiniones médicas diferentes y créanme, significativamente el índice de tratamientos y/o cirugías así como días en “observación” de algunos perros que nos visitan se ha reducido a simples procedimientos básicos y lo mejor, con éxito.

No me malinterpretes, no estamos haciendo campaña anti-veterinarios, el único objetivo de compartirte esta experiencia, es hacerte saber que tienes la obligación y todo el derecho de cuestionar y preguntar todo lo que quieras al veterinario cuando de tu mascota se trata, y si no te queda claro lo que te ha explicado o bien no te “checa”, no te preocupes, siempre puedes recurrir a otro y a otro y a otro veterinario hasta que tus dudas sean bien explicadas y resueltas. Recuerda que son médicos, no Dioses.
De forma directa sabemos de muchísimos casos, donde se hace una mala práctica y quien lamentablemente paga la falta de ética del veterinario es el perro, y los casos van desde tratamientos carísimos de por vida que ni son necesarios, hasta amputaciones que son el resultado de operaciones mal realizadas y claro, los dueños tiene que pagar ($) de todas formas.
En perro Urbano Santa Fe tenemos muy claro que la ética puede ir de la mano con el negocio, somos firmes en promover que lleven a sus mascotas con su veterinario, que tengan revisiones periódicas, que aprovechen los avances en la medicina que hoy ya están al alcance de cualquier presupuesto, sin embargo ningún avance médico jamás será tan valorado como la ética que un veterinario pueda brindarle a un animal cuando lo necesita, siempre y cuando no se cruce la ambición del dinero.
Legalmente no podemos exponer nombres de nadie, pero nuestros valores nos obligan ocasionar conciencia.
Fin, Amén!